Los efectos de la violencia doméstica en los niños

Los estudios muestran que los niños que han observado o experimentado violencia doméstica tienen tasas más altas de trastornos emocionales, problemas de abuso de sustancias, dificultad en la escuela y falta de vivienda. También es más probable que sean los perpetradores de violencia doméstica en su vida adulta. Se estima que 15.5 millones de niños estadounidenses viven en familias en las que la violencia doméstica ocurrió al menos una vez durante el año pasado, y siete millones de niños viven en familias en las que se ha producido violencia grave durante ese mismo tiempo. El Secretario General de las Naciones Unidas Estudio sobre la violencia contra los niños estima que 275 millones de niños en todo el mundo están expuestos a la violencia en el hogar. Los niños que presencian muestras de violencia doméstica a menudo desarrollan una serie de efectos negativos dependientes de la edad, como actitudes distorsionadas sobre la resolución de conflictos con violencia y una propensión a la violencia. Pueden volverse especialmente propensos a pelear, mentir, intimidar o hacer trampa. Estos problemas a menudo sangran desde la escuela y el hogar hasta la dificultad en las relaciones a lo largo de sus vidas. Si bien sabemos que el trauma puede ser causado por una situación abusiva en el hogar, también sabemos que cuando se identifican y tratan adecuadamente, los efectos de la violencia doméstica en los niños pueden mitigarse. Una variable de confusión es distinguir la diferencia en los efectos entre presenciar violencia y ser abusado directamente. La mayor parte de la investigación actual se basa en los efectos cognitivos, conductuales y emocionales de presenciar la violencia doméstica. Se necesita más investigación para que los trabajadores sociales desarrollen herramientas de detección y estrategias de intervención apropiadas para los niños en riesgo. Es importante reconocer que no todos los niños que han presenciado o han sido víctimas de violencia doméstica muestran efectos cognitivos, conductuales y emocionales adversos. Varias variables, como el género, el intelecto, el nivel socioeconómico y el apoyo, pueden disminuir los efectos. Los estudios sobre resiliencia son limitados, pero son prometedores para identificar factores de protección. Los trabajadores sociales pueden abordar los efectos de la violencia doméstica en los niños en varios niveles. Pueden referir a los niños para recibir asesoramiento donde los niños pueden aprender estrategias para hacer frente al abuso sufrido a manos de un adulto en el hogar. Algunos trabajadores sociales pueden incluso trabajar con madres e hijos juntos para aumentar la calidad de la crianza y aumentar los resultados positivos para los niños. Incluso si un niño no ha sufrido abuso directamente, pero ha sido testigo de incidentes de violencia, un trabajador social puede asegurarse de que el niño reciba ayuda para hacer frente a lo que ha visto. También pueden ayudar a los niños a desarrollar mecanismos de afrontamiento intensificados y establecer una relación de apoyo con un adulto en el que puedan confiar. Los niños con habilidades de afrontamiento deficientes tienen más probabilidades de experimentar problemas que los niños con una red social de apoyo.

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11 comentarios en «Los efectos de la violencia doméstica en los niños»

    • Sí, definitivamente la violencia doméstica afecta a los niños. No solo deja cicatrices emocionales profundas, sino que también puede afectar su desarrollo psicológico y social. Es un problema serio que no se puede ignorar. Gracias por compartir este artículo revelador.

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    • ¡Totalmente de acuerdo! Es crucial poner fin a este ciclo de violencia para proteger a los más vulnerables. No podemos permitir que los niños sigan sufriendo las consecuencias de la violencia doméstica. ¡Es hora de actuar y encontrar soluciones efectivas!

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    • Claro que influyen. Los programas de televisión pueden normalizar y glorificar la violencia doméstica, perpetuando estereotipos dañinos. Es nuestra responsabilidad exigir contenido más responsable y educativo para que podamos romper este ciclo de violencia. ¡No podemos ignorar su impacto!

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